viernes

Inauguración de la Muestra POESIE



Ernesto Hermoza - Lourdes Herrera - Petra Belhke

jueves

Obra de AURELIO DE LA GUERRA

Aurelio De La Guerra
Prisionero Muerto
Instalación en técnica Mixta sobre madera
80 x 100 cms.
EL PRISIONERO MUERTO
Rapado,
desnudo,
atadocon dos cuerdas
al trineo
que se hunde en la nieve.
Un hambriento tira,
un delator empuja,
un curasin cruz
sigue el rastro del trineo.
El cielo
detrás de los cuervos.
La tierra,
hielo.
Entre el puño y la hendidura
se quiebra la pala.
Cadáver
ajeno a todo,
eterno,en las garras
de una nieve extraña.
HANS BENDER

domingo

Obra de JORGE CASTILLA-BAMBAREN

Jorge Castilla-Bambarén
Homenaje a Benn
Acrílico sobre tela
100 x 60 cms.
ÚLTIMA PRIMAVERA
Toma en lo hondo de ti la campanita china
y cuando llegue la lila, mezcla ésta también
con tu sangre, tu dicha y tu miseria,
con el oscuro fondo del que dependes.Lentos días.
Todo superado.Y no preguntas si principio o fin,
luego tal vez te llevarán las horastodavía hasta junio,
con sus rosas.
Gottfried Benn
de Eustaquio Barjau

Letzter Frühling
Nimm die Forsythien tief in dich hinein und wenn der Flieder kommt, vermisch auch diesen mit deinem Blut und Glück und Elendsein, dem dunklen Grund, auf den du angewiesen.Langsame Tage. Alles überwunden. Und fragst du nicht, ob Ende, ob Beginn, dann tragen dich vielleicht die Stunden noch bis zum Juni mit den Rosen hin.
Gottfried Benn

Obra de JOSE LUIS CARRANZA

José Luis Carranza
Gran necropsia
Técnica Mixta sobre papel
55 x 35 cms.

Apéndice, de Morgue o El lazareto

"Todo está pulcro y preparado para el corte.
Los cuchillos humean. El abdomen marcado.
Bajo paños blancos hay algo que gime.

"Señor profesor, todo está listo."

La primera incisión. Como si el pan se rebanara.
"¡Pinzas!" Algo púrpura brota.
Más profundo. Los músculos: húmedos, brillantes, frescos.
¿Hay un ramo de rosas sobre la mesa?

¿Es pus lo que salta?
¿Habrán cortado el intestino?
"Doctor, si se para contra la luz,
ni el diablo puede ver el diafragma.
Anestesia, no puedo operar,
el hombre se va de paseo con su estómago."

Silencio, pesado, húmedo. En el vacío
tintinea una tijera en el suelo.
y la enfermera angelical
ofrece algodones esterilizados.

"¡No puedo encontrar nada en esta porquería!"
"Sangre se oscurece. ¡Quíteme la mascarilla!"
"Pero -Dios del cielo- querido,
¡apriete más esos talones!"
Todo deforme. ¡Por fin: aquí está!
"¡El hierro candente, enfermera!" Un siseo.

Por esta vez tuviste suerte, hijo mío.
La cosa estaba a punto de perforarse.
"¿Ve usted la pequeña mancha verde?
Tres horas y el estómago se llenaba de mierda."

Vientre cerrado. Piel cosida. "¡Esparadrapos, acá!
Buenos días, señores."
La sala se vacía.
Furiosa castañea y rechina con las mejillas
la muerte se escurre a la barraca de los cancerosos. "


Gottfried Benn

Obra de VLADIMIR RAMOS

Vladimir Ramos
El Prisionero Muerto
Acrílico sobre lienzo
35 x 35 cms.



EL PRISIONERO MUERTO
DER TOTE GEFANGENE
Rapado,
desnudo,
atado
con dos cuerdasal trineo
que se hunde en la nieve.
Un hambriento tira,
un delator empuja,
un curasin cruz
sigue el rastro del trineo.
El cielodetrás de los cuervos.
La tierra,
hielo.
Entre el puño y la hendidura
se quiebra la pala.
Cadáverajeno a todo,
eterno,en las garras
de una nieve extraña.
HANS BENDER

Obra de MARTIN MORATILLO

Martin Moratillo
El Lazareto
Oleo sobre papel
50 x 65 cms
Apéndice, de Morgue o El lazareto
"Todo está pulcro y preparado para el corte. Los cuchillos humean. El abdomen marcado.Bajo paños blancos hay algo que gime."Señor profesor, todo está listo."La primera incisión. Como si el pan se rebanara."¡Pinzas!" Algo púrpura brota.Más profundo. Los músculos: húmedos, brillantes, frescos.¿Hay un ramo de rosas sobre la mesa?¿Es pus lo que salta?¿Habrán cortado el intestino?"Doctor, si se para contra la luz, ni el diablo puede ver el diafragma.Anestesia, no puedo operar,el hombre se va de paseo con su estómago."Silencio, pesado, húmedo. En el vacío tintinea una tijera en el suelo.y la enfermera angelical ofrece algodones esterilizados."¡No puedo encontrar nada en esta porquería!""Sangre se oscurece. ¡Quíteme la mascarilla!""Pero -Dios del cielo- querido,¡apriete más esos talones!"Todo deforme. ¡Por fin: aquí está!"¡El hierro candente, enfermera!" Un siseo.Por esta vez tuviste suerte, hijo mío. La cosa estaba a punto de perforarse."¿Ve usted la pequeña mancha verde? Tres horas y el estómago se llenaba de mierda."Vientre cerrado. Piel cosida. "¡Esparadrapos, acá!Buenos días, señores."La sala se vacía. Furiosa castañea y rechina con las mejillas la muerte se escurre a la barraca de los cancerosos. "

Gottfried Benn

Obra de FLAVIA MELENDEZ


Flavia Meléndez
Escucha
Técnica Mixta
75 x 90 cms.

ESCUCHA

Robo en las noches
las rosas de tu boca
que ninguna mujer te beba.

La que te abraza
me arranca lo que en mi sobrecogimiento
pinte en torno a tus miembros.

Soy el borde de tu camino
la que te roza
cae desde lo alto

Sientes mi vida entera?
por todas partes
como orla distante?


ELSE LASKER-SCHULER
Propuesta de Flavia Meléndez

NATALIA REVILLA

Natalia Revilla
S/T
Fotografía
49 X 36 cms.
NO ES YA...
No es ya
esa gravedad,
cayendo a veces contigoen la hora. Es otra.
Es el peso que retiene el vacío
que iría contigo.
Como tú, no tiene nombre.
Tal vez seáis lo mismo.
Tal vez un día también tú me nombres así.
Paul Celán

Obra de PABLO VILLAIZAN

Pablo Villaizán
De los Sonetos a Orfeo
Die sonette an Orpheus
Oleo sobre tela
60 x 80 cms.

VIII Los sonetos a Orfeo
(1923)
1 Parte
Soneto IV


Oh vosotros, los tiernos, entrad de vez en cuando
En la respiración, que no os conoce,
Dejad que se divida en vuestros pómulos;
Tras de vosotros vibra de nuevo unificada.

Oh Vosotros, felices, Oh vosotros, salvados
Que de los corazones padecéis el principio.
Arcos para las flechas y metas de las flechas
Vuestra sonrisa brilla más eterna entre lágrimas

No temáis padecer la gravedad
Devolvédsela al peso de la tierra;
Pesados son los montes, pesados son los mares

E incluso aquellos árboles que plantasteis de niños
Se han vuelto muy pesados, no podríais llevarlos.
Pero los aires… pero los espacios…

Rainer María Rilke

Deconstrucción del Poema de Rilke

Vuestra sonrisa brilla más eterna entre lágrimas
No temáis padecer la gravedad
Pesados son los montes, pesados son los mares
Se han vuelto muy pesados, no podríais llevarlos
Devolvédsela al peso de la tierra;
No temáis padecer la gravedad.

Obra de ALEJANDRO ROMANI

Alejandro Romani
Contracorriente
Mixta sobre tela
80 x 80 cms.


CRISTAL
No busques en mis labios tu boca,
ni en la puerta al extraño,
ni en el ojo la lágrima.
Siete noches más arriba pasa
el rojo hacia el púrpura,
siete corazones más adentro
insiste la mano en la puerta,
siete rosas más tarde se escucha
el rumor de la cisterna.
De "Amapola y memoria" 1952

PAUL CELAN

Obra de MIGUEL LESCANO


Miguel Lescano
Hombre Libre
Acrílico sobre tela
100 x 40 cms.



A los hombres futuros2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía y me rebelé con ellos. Así pasé el tiempo que me fue concedido en la tierra. Mi pan lo comí entre batalla y batalla.Entre los asesinos dormí. Hice el amor sin prestarle atención y contemplé la naturaleza con impaciencia. Así pasé el tiempo que me fue concedido en la tierra. En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.La palabra me traicionaba al verdugo.Poco podía yo. Y los poderosos se sentían más tranquilos sin mí. Lo sabía.Así pasé el tiempo que me fue concedido en la tierra. Escasas eran las fuerzas. La meta estaba muy lejos aún.Ya se podía ver claramente, aunque para m ífuera casi inalcanzable. Así pasé el tiempo que me fue concedido en la tierra.

BERTOLT BRECHT

Obra de LUCIA FERNANDEZ

Lucía Fernández
Entrega
Poliptico Tinta sobre MDF
90 x 40 cms.
ENTREGA
Miro las hileras de imágenes de las nubes,
hasta dispersarse y descubrir su ruta azul.
Flotaba solitaria en todos los mundos,
descifré los estrelloglíficos
y los signos lunares en torno al hombre.
Y tímida me pregunté si o cuando
alguna vez he nacido y después muerto.
Un vestido de duda tenía puesto,
qué antiguo dolor, consagrado a mí,
tejió en la rueda del tiempo.
Y cada imagen que de este mundo gané
perdí doblemente, y también lo que imaginaba.
Mi piano azul, de Mi piano azul y otros poemas.
Tengo en casa un piano azul.
Aunque no sé ninguna nota.
Está a la sombra de la puerta del sótano
Desde que el mundo se enrudeció.
Tocan cuatro manos de estrella
-La mujer-luna cantó en la barca-,
Ahora bailan las ratas en el tecleo.
Rota está la tapa del piano...
Lloro a la muerta azul.
Ah, queridos ángeles, abridme-Comí del pan amargo-
A mí con vida la puerta del cielo-Incluso contra lo prohibido.

Else Lasker-Schüler

Obra de XIMENA SANTILLANA

Ximena Santillana
Escucha
Electrografía sobre lienzo
70 x 90 cms.


A GISELHEER REY

Estoy tan sola
Ojalá encontraras la sombra
De un corazón dulce.

O alguien
Me regalara una estrella

Siempre lo cogían
Los ángeles al vuelo
Así, de un lado a otro.

Tengo miedo
De la tierra negra
¿Cómo puedo salir?

Desearía ser enterrada
En las nubes,
Dondequiera que crezca el sol,

Te quiero tanto
¿Tú a mí también?
Dímelo entonces...

ELSE LASKER – SCHÜLLER
Versión de Sonia Almau

Obra de JOSEPH DE UTIA


Joseph De Utia
Si hubiésemos ganado la guerra
Técnica Mixta sobre electrografía
50 x 70 cms.

Si hubiésemos ganado la guerra
Si hubiésemos ganado la guerra - santo cielo! -
Con puños de hierro y banderas al viento,
Toda Alemania estaría en seises y sietes
Y se vería como una casa de locos el mundo…
Entonces la Razón sería conservada en cadenas
Y forzada, en la corte, a besar el poder tiránico
Nuevas luchas serían peleadas como operetas
Si hubiésemos ganado la guerra - sin embargo,
No la ganamos, y gracias a Dios por eso.

Erich Kaestner

Obra de PATRICIA EYZAGUIRRE

Patricia Eyzaguirre
A Giselheer Rey
Oleo sobre tela
100 x 100 cms.
A Giselheer Rey
(giselheer, nibelungo, barbaro llamaba a gottfried benn con quien tuvo una relacion sentimental que dejo una onda huella en sus poemas )
Estoy tan sola
ojala encontraras la sombra
de un corazón dulce
o alguien me regalara
una estrella
siempre lo cogían
los ángeles al vuelo
así de un lado a otro
tengo miedo
de la tierra negra
¿como puedo salir?
Desearía ser enterrada
en las nubes
dondequiera que crezca el sol
te quiero tanto
¿tu a mi también?
Dímelo entonces...

Else Lasker Shuller


Obra de IVAN FERNADEZ-DAVILA

Iván Fernández-Dávila
Cantos del Exodo
Oleo sobre tela
70 x 90 cms.

CANTOS DEL EXODO
LIEDER AUS DER FLUCHT
El amor celebra su triunfo
y la muerte el suyo.
el tiempo y el tiempo
que vendrá después
nosotros no celebramos ninguno.
Solo estrellas que se ponen a nuestro alrededor
desvanecimiento nada más y silencio.
Pero el canto sobre el polvo
se alzará después por encima de nosotros.

Ingeborg Bachmann

martes

PRENSA POESIE










POESIAS ALEMANAS

CANTOS DEL EXODO
LIEDER AUS DER FLUCHT


EL AMOR CELEBRA SU TRINFO Y LA MUERTE EL SUYO.
EL TIEMPO Y EL TIEMPO QUE VENDRA DESPUES
NOSOTROS NO CELEBRAMOS NINGUNO.
SOLO ESTRELLAS QUE SE PONEN A NUESTRO ALREDEDOR
DESVAIMIENTO NADA MAS Y SILENCIO.
PERO EL CANTO SOBRE EL POLVO
SE ALZARA DESPUES POR ENCIMA DE NOSOTROS.

INGEBORG BACHMANN
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AGONIA DE VERANO
ENDE EINES SOMMERS


¡QUIEN QUISIERA SIN EL CONSUELO DE LOS ARBOLES!
¡SUERTE ES QUE PARTICIPEN TAMBIEN EN LA CONSUMACION!
YA SE HAN RECOLECTADO LOS ALBERCHIGOS, LAS CIRUELAS SE PINTAN,
MIENTRAS EL TIEMPO MUGE POR LOS OJOS DEL PUENTE.

CONFIO MI DESALIENTO A LAS AVES DE PASO
QUE MIDEN IMPERTERRITAS SU OPCION DE ETERNIDAD.
SUS RUTAS SE REFLEJAN EN EL FOLLAJE
COMO UNA OSCURA COACCION,
EL BATIR DE SUS ALAS COLOREA LOS FRUTOS.

CUMPLE TENER PACIENCIA. PRONTO HAN DE DEPRENDERSE
LOS SELLOS DEL MENSAJE CIFRADO DE LAS AVES,
DEBAJO DE LA LENGUA SE CATA YA EL SABOR DEL OBOLO.

GUNTER EICH
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EL PRISIONERO MUERTO
DER TOTE GEFANGENE


RAPADO,
DESNUDO,
ATADO
CON DOS CUERDAS
AL TRINEO
QUE SE HUNDE EN LA NIEVE.

UN HAMBRIENTO TIRA,
UN DELATOR EMPUJA,
UN CURA
SIN CRUZ
SIGUE EL RASTRO DEL TRINEO.

EL CIELO
DETRÁS DE LOS CUERVOS.
LA TIERRA,
HIELO.
ENTRE EL PUÑO Y LA HENDIDURA
SE QUIEBRA LA PALA.

CADAVER
AJENO A TODO,
ETERNO,
EN LAS GARRAS
DE UNA NIEVE EXTRAÑA.

HANS BENDER
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AHORA
JEZT

AHORA.
AHORA ES HACE TIEMPO.
AHORA:
SEPTIEMBRE,
POR LA TARDE.

OLOR
A CENIZA AUN CALIENTE.
COMO SI YO MISMO,
INCINERADO HOY,
FUERA LA CENIZA.

¿EXISTO?
¿NO SOY YO?
ROTUNDA COMO UN PLATO
Y CARGADA DE PERAS
Y MANZANAS,
LA LUZ.

SOY.
EXISTO CON LAS FLORES.
PESTAÑAS DE LOS GIRASOLES,
SEMILLAS
EN LA REDONDEZ DE SUS PUPILAS:
OJOS,
MISS OJOS, MUY CERCA.
¿HE DEJADO DE SER?

EL DIA DEL HOMBRE:
RAYO EN LA OSCURIDAD DE BRONCE.

AHORA:
UN SEPTIEMBRE,
POR LA TARDE.
AHORA
ES HACE TIEMPO.

ERNST MEISTER
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NO VOLVER
SICH NICHT


NO VOLVER
A INVENTARSE
OTRA VEZ.

CAMINAR TODAVIA
ALGUN TIEMPO
ENTRE UN AIRE CIEGO.

SER ATROZ
JUNTO AL FIERO MIRAR
DE LA FLOR.

ERNST MEISTER
SOL
SONNE

SOL, ¿ME HABRAS
ROBADO TU LOS OJOS
O YO ATI
EN EL ABRIR Y CERRAR DE OJOS
EN EL QUE, EXTINTO,
YA NOME INCUMBA EL UNIVERSO?

ERNST MEISTER
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SUEÑO Y SUSTENTO

EL ALIENTO NOCTURNO ES TU SABANA, LA TINIEBLA SE ACUESTA
A RTU LADO.
LOS TOBILLOS TE ROZA, LAS SIENES, TE DESPIERTA A LA VIDA
Y AL SUEÑO,
TE RASTREA EN EL VERBO, EN EL DESEO, EN LAS IDEAS,
DUERME CON CADA UNA DE ELLAS Y TE ATRAE CON HALAGOS.
TE PEINA LA SAL DE LAS PESTAÑAS, TE LA SIRVE A LA MESA,
LES ESCUCHA A TUS HORAS LA ARENA Y LA PONE A TU ALCANCE.
Y AQUELLO QUE ERA CUANDO ROSA ERA, SOMBRE Y AGUA,
TE LO ESCANCIA.

PAUL CELAN
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ESTAR
STEHEN


ESTAR A LA SOMBRA
DE LA LLAGA EN EL AIRE.
NO-ESTAR-POR-NADIE-NI-POR-NADA.
INCOGNITO,
SOLAMENTE
POR TI.
CON TODO LO QUE CABE DENTRO,
SIN LENGUAJE
TAMBIEN.

PAUL CELAN
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UN ESTRUENDO
EIN DROHNEN


UN ESTRUENDO: LA
VERDAD EN SI MISMA
HACE
ACTO DE PRESENCIA
ENTRE LOS HOMBRES,
EN PLENO
TORBELLINO DE METAFORAS

PAUL CELAN
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FORMA ES PLACER
FORM IST WOLLUST


FORMA Y CERROJO HABRIAN DE ROMPER,
Y EL MUNDO PENETRAR POR CAMINOS ABIERTOS:
FORMA ES PLACER, ES PAZ, GOZO DIVINO,
PERO A MI ME APASIONA ROTURAR LA GLEBA.
LA FORMA ES PARA MI LOQ UE APRIETA Y AHOGA,
Y YO QUIERO EXTENDERME POR TODA LATITUD.
FORMA ES CLARO RIGOR SIN COMPASION,
PERO ME ATRAE LO SORDO Y MISERABLE,
Y AL ENTREGARME YO SIN LIMITES LA VIDA
QUIERE IMBUIR EN MI SU PLENITUD.

ERNST RICHARD STADLER
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LAMENTO
KLAGE


SUEÑO Y MUERTE, LAS AGUILAS SOMBRIAS
ALETEAN EN TORNO A ESTA CABEZA
TODA LA NOCHE_ EL GELIDO OLEAJE DE LA ETERNIDAD
DEVORARIA LA DORADA IMAGEN
DEL HOMBRE. EN ESCOLLOS DE ESPANTO
EL PURPUREO CUERPO SE ESTRELLA. UNA VOZ
OSCURA SE LAMENTA
SOBRE EL MAR.
HERMANA DE TRISTEZA TORMENTOSA
MIRA, UNA BARCAZA CON TEMOR SE HUNDE
BAJO LOS ASTROS,
BAJO EL CALLADO ROSTRO DE LA NOCHE.

GEORG TRAKI

POESIA ALEMANAS CONTEMPORANEAS

Marcel Beyer
"Sonidos dchihád de la patria"

Sonidos dchihád de la patria tocan abajo
en el patio a oscuras como cada noche,
el cielo nocturo te mantiene despierto.

Ponen las cintas de El Cairo, el primo
los trajo, tú estás con las sombras,
con el ayer y con el silencio

de la noche anterior, piensas en ciertos
bizcochos, en divanes, no sabes por qué,
piensas en camas sin hacer y ves

como cambian las nubes de posición,
piensas en películas con noche americana,
estás con imágenes en sombras, con copos

de jabón y nieve, mientras abajo degeneran
los sonidos, cuando el primo canta con
voz ronca en el patio, delante del garaje

la siguiente estrofa, y el sonido llega
hasta la cuarta planta, hasta el dormitorio.
Al más joven se le queda en la garganta,

ya no domina estos sonidos. Qué pueden
hacer los padres, les cuesta hablar
en voz baja. Nada sé de sus conversaciones,

sólo de este sonido dentro de la garganta
El más joven no tiene hermanas,
la noche se le hace muy larga. Gutural,

y ronca: ayer durante horas miedo de
mirarse y el brazo como entumecido.
Desde entonces, el entumecimiento perdura,

o empieza la duermevela. Tocan hasta las siete,
ya amanece entre las casas, el niño pronto
de desperterá llorando, no conoce otro

tono. Tocan hasta las siete, después ya no
oyes nada del patio. En la calle circulan
los primeros coches, caes en un sueño ligero

"El Cairo"

En El Cairo estábamos acabados
del todo, las caras color de arena,
inmóviles como piedras.
El Cairo nos comía la piel
con gestos de vileza. Al despedirnos,
hace tiempo ya inficcionados.
Con luz azulvioleta, el sol
dejó de existir. Sobre taburetes
de El Cairo, los brazos en cabestrillo,
agrupados en medio del desastre
como orquestra de cine egipcio.
Remolinos de polvo, respiros
como El Cairo sonaban. Algunos
se pusieron, así lo aprendieron,
dos dedos en los ojos abiertos. En
El Cairo oímos las mulas roer el bocado
en medio del combate. En El Cairo
teníamos roncas las voces.
Teníamos fiebre en El Cairo, mas
no subía el mercurio por encima
de la medida justa. Al margen,
en El Cairo alguien escucha,
un derribado, escucha de despedida un
gramófono medio roto. Soy yo,
al que han bajado del cielo.

"Primer ordeñamiento"


Nosotros ante Jerusalén, a los diecisiete años.
A la intemperie nosotros, a ras del suelo, y ante
las arboledas de albaricoqueros en llamas. Nosostros,
en el diecisiete, allá donde se mezclan
los truenos. Allá los acordes y los placeres
de tenor. Comando de derribo. Adrede
distorsionamos la perspectiva, en mangas de camisa,
sobre el campo oloroso, en las clases de canto
en la retaguardia. Nuestra unidad en el frente
de Palestina, los nombres familiares desde siempre.
Los ejercicios, nasales. Los labios abultados. Cuánto
sebo. Y me emborroné. Todo este rollo.
Cómo se escrespaba. Ya cuando salió
a chorros. Con ese calor. Y nosotros, allí
arrasándonos las caras. Después todos
teníamos, todos, una boca como colonia,
miedo. Diecisiete y a ras del suelo. Éramos
tierra estos truenos. Intemperie. Y también
los albaricoqueros. Ardiendo. La piel encrespada y
asada. Todos querían bañarse,
por los copos en el aire. Allá, en el hospital
en Wilhelma. Y es que estoy enfermo,
bajo la axila. Un don nadie, con uñas comidas.
Tengo fiebre ahora. Los albaricoques
son extraños para mí. Tampoco
mantengo conversaciones.

"Cachorros"

Ay, los bien planchados, chulos
jóvenes en la mesa de al lado, beben
el tanque de cerveza e intercambian
revistuchas. Uno tira al levantarse
la botella y va embadurnando,
con un paquete entero de kleenex,
uno tras otro, el asiento de
plástico. Pelo corto y pomada.
Aparador muerto. En el lavabo
de chicos, buenas piezas. Un viejo calvo
se pellizca algo de los labios.
Tío-Humer. Encorbatado. Lustrado.
Cachorros. Azul nervioso. Con andares
chacloteantes, Viena-oeste, rondeadores
sudorosos. Fuma más deprisa, chulo.
Sincondón. Quizás de cien a
doscientos chelines, en los suburbios,
bares de trabajadores, distrito diecisiete. Troto
bajo la lluvia, de una ventana abierta,
piso superior, vapor.

Hans Magnus Enzensberger
Más ligero que el aire - Poesías morales. Barcelona 2002
Cancioncilla optimista


Ocurre aquí y allá
que uno grita:¡ayuda!
Ya salta otro al agua,
totalmente gratis.

En medio del capitalismo más hinchado,
aparece el brillante servicio de bomberos
por la esquina y apaga, o en el sombrero
del mendigo hay plata de repente.

Por la mañana están llenas las calles
de personas que sin sacar el cuchillo
van de acá para allá, con el alma tranquila,
a la busca de leche o de rabanillas.

Como en la paz más profunda.

Un panorama fantástico.

Más ligero que el aire

Demasiado peso
no tienen las poesías.
Mientras la pelota de tenis sube,
es, creo,
más ligera que el aire.

El helio en cualquier caso,
la inspiración, esa cosquilla
en nuestro cerebro,
también el fuego de San Telmo
y los números naturales.

Ellos no tienen apenas peso,
por no hablar de los imaginarios,
sus distinguidos primos,
a pesar de que son numerosos.

Según sé, esto vale también
para la corona radiada de los imanes,
que no vemos,
para la mayoría de las aureolas
y para todas las melodías de vals sin excepción.

Más ligero que el aire,
como la preocupación olvidada
y el humo azulado
del definitivamente último cigarrillo,
es, claro, el yo
y, según sé,
sube el olor de la víctima del incendio,
que tan propicia es a los dioses,
siempre hacia el cielo.
El zepelín también.

Así y todo mucho se queda
en suspenso.
Lo que tiene un peso más ligero es tal vez
lo que queda de nosotros
cuando estemos bajo tierra.

Stefan George
Recorremos en el rico oropel de las hayas


Recorremos en el rico oropel de las hayas
El paseo casi hasta el portal
Y vemos fuera en el campo tras la verja
El almendro en flor una vez más.

Buscamos los bancos libres de la sombra
Donde una voz extraña jamás nos infundió temor
En sueños se cruzan nuestros brazos
Nos deleitamos en el largo y dulce resplandor

Con gratitud sentimos el susurro leve de las gotas
Con que el vestigio de un destello nos cae de las copas
Y oímos y miramos en instantes mudos
Golpear en el suelo los frutos maduros.

Else Lasker-Schüler
Entrega


Miro las hileras de imágenes de las nubes,
hasta dispersarse y descubrir su ruta azul.
Flotaba solitaria en todos los mundos,
descifré los estrelloglíficos
y los signos lunares en torno al hombre.
Y tímida me pregunté si o cuando
alguna vez he nacido y después muerto.
Un vestido de duda tenía puesto,
qué antiguo dolor, consagrado a mí,
tejió en la rueda del tiempo.
Y cada imagen que de este mundo gané
perdí doblemente, y también lo que imaginaba.


Mi piano azul, de Mi piano azul y otros poemas

Tengo en casa un piano azul
Aunque no sé ninguna nota.

Está a la sombra de la puerta del sótano
Desde que el mundo se enrudeció.

Tocan cuatro manos de estrella
-La mujer-luna cantó en la barca-,
Ahora bailan las ratas en el tecleo.

Rota está la tapa del piano...
Lloro a la muerta azul.

Ah, queridos ángeles, abridme
-Comí del pan amargo-
A mí con vida la puerta del cielo-
Incluso contra lo prohibido.

Hermann Hesse
De noche


De noche lentamente
andan por el campo las parejas,
las mujeres sueltan su pelo,
cuenta su dinero el comerciante,
los ciudadanos leen con temor las novedades
en el diario de la tarde,
niños con los pequeños puños cerrados
honda y suficientemente duermen.

Cada uno hace lo único verdadero,
sigue una misión sublime,
lactante, ciudadano, parejas:
¿y yo, en cambio, yo no?

¡Sí! También mis nocturnos actos
cuyo esclavo soy,
no pueden escapar al espíritu del mundo,
ellos también tienen sentido.

Y voy así, de un lado para otro,
bailo íntimamente,
susurro tontas canciones callejeras,
a Dios alabo y a mí mismo,
bebo vino y fantaseo,
como si fuera un bajá,
siento en los riñones unas molestias,
sonrío, bebo más,
a mi corazón digo sí
(mañana es imposible),
tramo a partir de pasados dolores
un poema, como jugando,
veo rodar la luna y las estrellas,
intuyo su sentido,
siento como si viajara con ellas
no importa a dónde.

Gottfried Benn
Apéndice, de Morgue o El lazareto


" Todo está pulcro y preparado para el corte.
Los cuchillos humean. El abdomen marcado.
Bajo paños blancos hay algo que gime.

"Señor profesor, todo está listo."

La primera incisión. Como si el pan se rebanara.
"¡Pinzas!" Algo púrpura brota.
Más profundo. Los músculos: húmedos, brillantes, frescos.
¿Hay un ramo de rosas sobre la mesa?

¿Es pus lo que salta?
¿Habrán cortado el intestino?
"Doctor, si se para contra la luz,
ni el diablo puede ver el diafragma.
Anestesia, no puedo operar,
el hombre se va de paseo con su estómago."

Silencio, pesado, húmedo. En el vacío
tintinea una tijera en el suelo.
y la enfermera angelical
ofrece algodones esterilizados.

"¡No puedo encontrar nada en esta porquería!"
"Sangre se oscurece. ¡Quíteme la mascarilla!"
"Pero -Dios del cielo- querido,
¡apriete más esos talones!"
Todo deforme. ¡Por fin: aquí está!
"¡El hierro candente, enfermera!" Un siseo.

Por esta vez tuviste suerte, hijo mío.
La cosa estaba a punto de perforarse.
"¿Ve usted la pequeña mancha verde?
Tres horas y el estómago se llenaba de mierda."

Vientre cerrado. Piel cosida. "¡Esparadrapos, acá!
Buenos días, señores."
La sala se vacía.
Furiosa castañea y rechina con las mejillas
la muerte se escurre a la barraca de los cancerosos. "

Bertolt Brecht
A los hombre futuros, de Poesías escritas durante el exilio


I
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.

¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?

Es cierto que aún me gano la vida
Pero, creedme. es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara,
[estaría perdido).
Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.

Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia.
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.

II

Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

III

Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.

Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.

Erich Kaestner
Si hubiésemos ganado la guerra


Si hubiésemos ganado la guerra - santo cielo! -
Con puños de hierro y banderas al viento,
Toda Alemania estaría en seises y sietes
Y se vería como una casa de locos el mundo…
Entonces la Razón sería conservada en cadenas
Y forzada, en la corte, a besar el poder tiránico
Nuevas luchas serían peleadas como operetas
Si hubiésemos ganado la guerra - sin embargo,
No la ganamos, y gracias a Dios por eso.